miércoles, 26 de mayo de 2010

La verdadera Pasionaria


La vieja anda desparramada pateándose el barrio por los cuatro costados. Acompañada de sus roñosos gatos, observa sus vecinos universitarios pensando que la guerra no entiende de neutralidades. El relativismo es fruto del miedo, se dice a sí misma mientras recoge una estampa rota y húmeda de San Pancrasio para regalarla al peor postor. Las convicciones van siempre hacía delante, la duda nos hace deambular sin rumbo fijo, como el navegante desesperado que mira el horizonte des de la proa esperando en su singo mágico del océano para decidir dirigir el timón.
Dicha mujer que conserva en su mirada soberbia de familia burguesa, el atisbo señorial de una seductora anónima, cada noche adormece el barrio con su susurro dirigido a los gatos curiosos de ver si hay arena debajo del río. Todo el mundo le llama la vieja de los gatos, yo prefiero conocerla como la Pasionaria.

2 comentarios:

  1. Aquesta dona amb aficions filsòfiques amagades em recorda la portera de “L’élégance du hérisson”.
    En fi, vella dels gats... no desprecis el relativisme sense haver-lo tastat abans, és l’analgèsic per excel.lència de les consciències col.lectives...
    Iron.

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  2. Iron, els punyals van afilats... El que escric no vol dir que ho pensi...

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