En una época de soberbia intelectual donde el artesano del pensamimento inventa una especie de superioridad moral hacía el peón de estudios primarios, me viene en mente la idea de Gramsci donde igualaba el mentor intelectual del comunismo italiano, él mismo, con el último de los peones de la fábrica donde los piquetes buscaban en la lucha, la utopía inexistente del mundo ingenuo propuesto por Marx.
Gramsci, más allá de ser la fuente de inspiración de un Pasolini sublime y de formar parte de la estructura ideológica del siglo XX, nos deja para el XXI la humildad del intelectual que rechaza la senda de la soberbia de muchos profesores universitarios, que sedentarizados en sus cátedras regalan a precio de matrícula pública, dogmas personales creados por la deización de si mismos, provocado muchas veces por el exceso de sexo y la falta de amor. Por tanto, volvamos a Gramsci, pensamos y seamos personas, aquí yace el camino de la honradez del peón del pensamiento.
Gramsci, más allá de ser la fuente de inspiración de un Pasolini sublime y de formar parte de la estructura ideológica del siglo XX, nos deja para el XXI la humildad del intelectual que rechaza la senda de la soberbia de muchos profesores universitarios, que sedentarizados en sus cátedras regalan a precio de matrícula pública, dogmas personales creados por la deización de si mismos, provocado muchas veces por el exceso de sexo y la falta de amor. Por tanto, volvamos a Gramsci, pensamos y seamos personas, aquí yace el camino de la honradez del peón del pensamiento.
Tu, un admirador del increible hombre sin cuello? Estoy realmente sorprendido
ResponderEliminarVinga camaleó!!! Gràcies per fer-te seguidor el blog!! Ets l'amo!!
ResponderEliminarLa idea de la igualtat intelectual gramsciana no sempre pot ser vàlida en tot. Ara per exemple tenim el cas de la Diagonal de Barcelona, s’han muntat això de la consulta popular perquè decidim nosaltres. I jo em pregunto quins estudis d’urbanisme pot tenir un nano porreta de 16 anys per decidir sobre el futur de la prinicipal arteria comunicativa de la ciutat que la atravessa d’un cap a l’altre. Fins i tot a mi mateix m’espanta que interpelin la meva opinió. Com puc afrontar jo, des d’una perspectiva holística, la responsabilitat d’ordenar el sistema urbà. Jo sóc el que sóc, no sóc cap Cerdà ni cap Speer. Per això no aniré a votar.
ResponderEliminarA part de que em sembla una pantomima, tots aquests que s’interessen per la igualtat d’opinions se les acaben passant pels... Com el geperut stalinista de’n Gramsci, que molta igualtat intelectual però si el peó en qüestió era troskista la seva opinió se la passava per la gepa.
Iron.