Cuidado porque te ven como mercancía, como un pedazo de carne que pueden utilizar para uno de sus actos propagandísticos. La democracia de partidos ha hecho una nueva revisión del hombre masa, la identidad de la persona yace adormecida en los laureles de la razón para dar fuerza a la multitud como ser individual, como resumen de distintas vidas que viven sujetas a la voluntad del ente abstracto del partido. El sistema de partidos rechaza la individualidad, la revisión de las ideas, la necesidad de hacer prevalecer las convicciones por aquello que es políticamente correcto, y tú, eres un pedazo de carne que tiene precio. En cierta forma, es una revisión de la prostitución, se aprovechan de ti por necesidad, en este caso, por la urgencia de sentirte libre, que tienes voz, que influyes en las decisiones de tu país. Demagogia? Quizás sí. Así pues, vamos empatados.
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